Sin ser una organización, el Foro Social Mundial (FSM) se configura como un espacio de debate permanente y alternativo a las políticas neoliberales. Se basa en la reflexión, la formulación de propuestas y en la coordinación de los diferentes movimientos sociales y organizaciones de la sociedad civil del mundo entero con los mismos objetivos, que se pueden encontrar en la Carta de Principios del FSM.

Tal como figura en el apartado núm. 8 de esta Carta de Principios, el FSM es plural y diverso, no confesional, no gubernamental y no adscrito a ninguna ideología política, articula de manera descentralizada y en red a entidades y movimientos que estén involucrados en acciones concretas por la construcción de un mundo diferente, local o internacionalmente. En su mayoría, los diferentes movimientos adscritos al Foro tienen un marcado carácter crítico con la globalización y con el pensamiento neoliberal.

La primera experiencia a nivel mundial fue en el año 2001, del 25 al 30 de enero, en Porto Alegre, Brasil, y se congregaron 60.000 asistentes. Allí surgió la conocida proclamación "Otro mundo es posible". A partir de esa fecha se han celebrado varias reuniones en todo el mundo (Porto Alegre, Mumbai, Venezuela, Nairobi, Belem, Dakar, etc.), Con una asistencia multitudinaria, un seguimiento mediático enorme y un gran interés político, sobre todo en las primeras convocatorias, y se han constituido grupos con una gran diversidad de configuraciones. En este sentido ha habido convocatorias temáticas como el Foro Social de Economía Solidaria, el Foro Social sobre Educación, etc. Así mismo también existen Foros descentralizados como el Foro Social Catalán o el Foro Social Europeo.

Sin embargo, una de las críticas que, desde el mismo interior, se le hacen a este movimiento es que después de las primeras convocatorias no ha trascendido de la categoría de evento, sin haber servido para organizar estrategias globales verdaderamente contundentes ni efectivas, más allá de la coordinación de diferentes campañas.