Si admitimos como válidos los postulados de los defensores de la existencia de límites al crecimiento (centrándonos básicamente, en este caso, en la variable demográfica), la implicación evidente de esta afirmación es la existencia de un umbral poblacional en partir del cual las relaciones con el medio ambiente se convierten en insostenibles.

Este hipotético número máximo de habitantes se encuentra determinado por el que se ha llamado capacidad de carga.

Se trata de un concepto desarrollado a partir de los años setenta fruto de la revisión del pensamiento malthusiano y que ha convertido en el centro de numerosos debates y definiciones. De acuerdo con la mayoría los autores, la capacidad de carga puede ser definida como «el número máximo de personas que un determinado hábitat puede mantener indefinidamente sin una disminución en la disponibilidad y acceso de los recursos naturales».

Como puede deducirse de esta definición, esta cifra máxima de personas es un concepto bastante relativo, ya que varía en función de su determinado nivel de consumo de recursos naturales, el cual está muy condicionado por la organización cultural, productiva, económica ... de las sociedades, así como de la escala de análisis.

Consiguientemente, muchos autores se han dedicado a intentar determinar ese hipotético número máximo de habitantes que el planeta puede acoger en relación, principalmente, a la producción de alimentos. Una rápida ojeada a las principales propuestas efectuadas muestra como desde las primeras estimaciones estudiadas (la más antigua de las cuales data de 1679) hasta las más actuales, los resultados obtenidos son realmente diferentes entre sí, ya que la mayor parte parten de estimaciones muy diversas sobre la capacidad real de la Tierra para producir alimentos, ya que ésta está superando cualquier expectativa. Para citar brevemente algunos ejemplos, la ONU estima en 12.300 millones el número máximo de personas que la Tierra puede mantener, cifra que se eleva a 50-60.000 según la FAO y 97.000 según un estudio realizado por la Universidad de Harvard.

Por este motivo, algunos autores critican la validez de estas estimaciones ya que, por definición, como hemos visto anteriormente, los recursos son variables a lo largo del tiempo y, por tanto, también lo es este hipotético valor poblacional máximo encuentra relacionado. Desde el punto de vista demográfico, otra crítica a estas estimaciones es la no caracterización individual de la población que se está proyectando: en la literatura consultada no encontramos ninguna referencia a cuál es la distribución por sexo y edad de esta posible población máxima , si bien es lógico pensar que según sea ésta, su impacto en el medio ambiente será diferenciado y, por tanto, también variará la capacidad de carga de la naturaleza.