La polémica sobre el crecimiento cero enlaza con otro de los temas actuales de debate, como es la existencia o no de límites al crecimiento.

Esta idea fue la principal aportación del informe ―Más allá de los límites― elaborado a principios de los años setenta por un grupo de especialistas del Instituto Tecnológico de Massachusetts por encargo del Club de Roma sobre los principales «problemas» de la sociedad , y que popularmente es conocido como Informe Meadows.

 

Se desarrollan y enriquecen los conceptos maltusianos de límites absolutos de los recursos y el crecimiento exponencial de la población, con la consideración de los problemas de la contaminación, la desnutrición y el deterioro del medio ambiente natural en general. La metodología empleada en el análisis es la llamada «dinámica de sistemas» (o «circuito de retroalimentación»), que se basa en el papel de dos factores que actúan de manera opuesta y que condicionan la evolución del sistema. En el caso de la población, estos dos elementos son los nacimientos por un lado y las defunciones por la otra.

El supuesto básico adoptado el informe es la afirmación de que los recursos son limitados. En primer lugar, el suministro de alimentos se ve limitado por la superficie cultivable disponible y por los costes crecientes de incorporar nuevas tierras al sistema productivo. Este problema se ve agravado, además, por la pérdida de terrenos agrícolas derivada de la acentuación del proceso de erosión, la utilización del suelo agrícola para otras funciones (la construcción de infraestructuras de transporte, la edificación...) y la pérdida de fertilidad por la contaminación.

En segundo lugar, en referencia a los recursos naturales no renovables, y particularmente los minerales, se estima que, debido al ritmo de utilización y en función de las reservas conocidas en el momento de la redacción de la obra, sólo puede garantizar su suministro durante los próximos 250 años, hecho al que se habían de añadir los costes de capital para localizar y desarrollar nuevos recursos. Finalmente, otro aspecto medioambiental que se trata, pese a reconocer el poco conocimiento que se tenía de esta materia en el momento de la elaboración del informe, es la contaminación, de la que se afirma que experimenta un crecimiento exponencial, sin un límite superior conocido, y con una gran expansión territorial con efectos globales en todo el planeta..

Las principales conclusiones a las que llegaba el informe se pueden resumir en:

  • Si se mantienen las tendencias de crecimiento descritas obra referentes a la población mundial, la industrialización, la contaminación ambiental, la producción de alimentos y el agotamiento de los recursos, el planeta alcanzará sus límites de crecimiento en un plazo de cien años. El resultado más probable será un repentino e incontrolable descenso tanto de la población como de su capacidad industrial.
  • Es posible modificar estas tendencias de crecimiento y establecer unas normas de estabilidad ecológica y económica que puedan ser sostenidas en el futuro. El equilibrio global podría ser diseñado de manera que las necesidades básicas materiales de cada habitante de la Tierra puedan ser satisfechas y de forma que cada persona tenga las mismas posibilidades de realizar su potencial humano individual.
  • • Si la humanidad decide realizar este esfuerzo, es necesario que esto ocurra lo antes posible, ya que de esta manera sus posibilidades de éxito serán mayores.

La rotundidad de estas afirmaciones causó muy pronto una fuerte polémica sobre las conclusiones de la obra, con un aluvión de críticas tanto en sus aspectos metodológicos como conceptuales. Entre los primeros, se criticó que debido a que los modelos sólo se pueden incluir un número limitado de variables, las interacciones que se estudiaran fueron parciales, y que el grado de agregación utilizado era demasiado elevado. Asimismo, acusó el modelo de ser demasiado tecnócrata, sin tener en cuenta factores sociales críticos como los efectos de la adopción de sistemas de valores diferentes. Asimismo, su carácter global, planetario, no permite analizar específicamente las circunstancias diferenciales de los países ricos y pobres.

Respecto a los aspectos conceptuales, las críticas coinciden en resaltar la poca importancia que el informe otorga a las posibilidades que representan los avances sociales y tecnológicos para la resolución de algunos problemas, como el desarrollo de los métodos anticonceptivos, la extensión del proceso de reciclaje, la producción artificial de proteínas o la posibilidad de encontrar nuevas reservas de minerales en áreas hasta entonces no exploradas que, si bien no permitirían eliminar la escasez de recursos, sí el aplazar.

Una segunda crítica es que el informe presupone un progreso técnico continuado y sostenido en la industria, que los rendimientos son decrecientes en las inversiones en agricultura y en recursos naturales y que no hay una mejora continua en la tecnología anticontaminación. Finalmente, algún autor ha destacado los fallos metodológicas, las insuficiencias científicas, la debilidad de la información empírica utilizada y el claro sesgo ideológico.